
Titulo: Hasta la eternidad.
Autora: Johanna Lindsey.
ISBN: 978-84-98720-41-9
Paginas: 284
Editorial: Ediciones B / romántica zeta.
Año de publicación: 1995 (reeditada 2008)
Precio: 5.00€
Sinopsis:
La esbelta y hermosa profesora Roseleen White contempla absorta su nueva posesión: una milenaria espada escandinava sobre la que pesa un maleficio. Los poderes sobrenaturales de la espada convertirán los sueños en realidad, haciendo que ante los ojos de la joven aparezca un magnífico guerrero vikingo cuya misión será satisfacerla hasta en sus más mínimos deseos.
Ahora el poderoso Thorn es prisionero de Roseleen, pero es ella la auténtica prisionera, cautiva del subyugante bárbaro que le hará recorrer su tormentoso pasado en un viaje de descubrimiento sensual. Pero él solo podrá liberarse de las cadenas de la inmortalidad si ella toma la desgarradora decisión de arrancarlo de su vida, aniquilando así el amor que los había unido para siempre.
Reseña:
Johanna Lindey es una de mis autoras favoritas (tengo 4), por lo que cuando me compro sus libros no miro de que van, con seguridad me gustaran, siempre se lee la sinopsis por curiosidad, claro esta, pero la cosa es que me compre este libro porque tenia un vikingo, llevaba tiempo detrás de un libro así, por lo que cuando leí eso, lo necesitaba. La reseña va a ser cortita, ya que el libro lo es y creo que si os cuento algo de mas os destrozo todo.
Presentaciones con Roseleen White y Thorn Blooddrinker, los protagonistas.
El libro es romántico, dentro de todas las características en que lo puedas catalogar, hablemos primero de la historia de amor muy rápida para mi gusto, ha sido de una pagina no conocerse a la siguiente empezar a ver que los protagonistas siente si no es amor, algo parecido, lo que yo en mi opinión, no lo veo normal. Yo entiendo que Roseleen sea una mujer del siglo XX y tenga su necesidad de sentirse deseada, se le presenta un vikingo como Thorn delante y hasta las mas tonta se tira hacia el, sabiendo además que viene a conceder todos tus deseos mas íntimos, básicamente que lo tienes de rodillas ante ti.